Consciencia Vocal – Un diálogo entre cuerpo y voz

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El Canto de Armónicos, la Voz y La Voz y la Anatomía
La voz depende de múltiples movimientos y micro-ajustes musculares del aparato vocal que están unidos a, influyen en y dependen de movimientos musculares simétricos en todo el organismo.

Reconocerlos nos ayuda a tener una mayor consciencia vocal y control sobre la apertura de la voz que puede solventar, sin esfuerzo, muchas limitaciones vocales.

Piél para dentro, piel para fuera

Un ejercicio que amplía la resonancia de la voz y armoniza cuerpo y mente. Despierta los formantes y crea una voz armoniosa.
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En este ejercicio se usan los elementos de la resonancia de la voz, la atención táctil y auditiva, y la intención para resonar el cuerpo y campo energético.

Todos hemos tenido la experiencia de percibir la presencia de un objeto o persona que se nos acerca por detrás, sin haberlo registrado con la vista. Solemos pensar que esta clase de percepción depende de nuestro sentido auditivo, …

y en parte esto es cierto, sin embargo, hace unos días tuve una experiencia que mostraba de forma muy patente que esta percepción no depende del oído.
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Iba corriendo por la acera de una calle que bordea un parque en Valencia. Delante de mí, a bastantes metros, caminaba un hombre joven. Llevaba puestos los auriculares y escuchaba música con el volumen “a toda pastilla”, de modo que, incluso a una distancia de diez metros, yo podía escucharla bien.
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Evidentemente, con ese nivel de sonido en sus oídos, el no podía escuchar mis pasos. Sin embargo, cuando yo llegué a una distancia de unos cuatro metros, él se giró de repente de forma instintiva, alerta para controlar lo que se le acercaba por detrás.
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Los sistemas nerviosos y energéticos del cuerpo, además de estar dentro del cuerpo, se extienden fuera y recorren el espacio alrededor de él. Gracias a ello, podemos sentir y percibir lo que ocurre en el espacio que rodea el cuerpo.
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Todos conocemos las imágenes de la fotografía Kirlian, que muestran el campo energético de las personas (e incluso el de una sola célula) y detecta los cambios de tamaño y estado de estos campos según el estado energético y emocional del individuo.

La foto muestra el efecto de la voz humana sobre una célula sana viva.

Foto 89 “Voz Humana en Células Sanas”, El Tao del Sonido, Fabien Maman, 2012 Guy Trédaniel Editeur.

Podemos utilizar el canto de armónicos y la vibración de la voz para resonar el campo energético. Como un cuerpo adormecido que se despierta cuando lo movemos, el campo energético y sistema nervioso se activan al resonarlos. Esta resonancia renueva el campo energético e influye positivamente en el fluir del sistema nervioso por este espacio.

Vídeo del efecto de los cuencos tibetanos y lo armónicos de la voz sobre el campo energético humano:

https://www.youtube.com/watch?v=jJKxgEdNpO4

A raíz de esta práctica (ejercicio) se crean:
• Cambios en la resonancia, la armonía y la musicalidad de la voz.
• El asentamiento y enraizamiento de la voz en el cuerpo.
• A menudo, profundos cambios en el estado anímico.
• La liberación de tensiones y dolores.
• La sanación de heridas emocionales e ideas limitantes.

«De piel hacia adentro, de piel hacia afuera»
Calentamiento previo (3-4 minutos)
Antes de comenzar el ejercicio, vamos a tomar contacto con la voz y con el cuerpo.
Creamos un sonido abierto con la voz y la entonamos varias veces. Prueba con el sonido Aah u otro sonido abierto que te sea fácil entonar. Al entonarlo, escuchamos el sonido de la voz.
¿Cómo suena? ¿Dónde notamos que resuena en nosotros?
¿Qué sensación da? (Apunta tus percepciones).
A continuación, vamos a tomar contacto con el cuerpo y con la piel, y también a soltar y distender algunas áreas del cuerpo en concreto.
De pie, tomamos consciencia del cuerpo. Siéntelo, atiéndelo situándote en el sentido del tacto mismo. Trata de ser tu cuerpo en lugar de mirarlo desde la cabeza. Date cuenta de cómo lo notas y cómo estás físicamente: las zonas con tensiones, las zonas que están libres y sueltas, la distribución del peso, asentamiento del cuerpo, etc.

Después, de forma suave, comienza a palpar y masajear toda la superficie del cuerpo. Presta particular atención a las partes que notas que requieren más atención en este momento. ¿Quizás son los pies, las manos, las piernas?
Pon también particular atención en tocar y sentir las siguientes zonas: la piel y los músculos de la cara; la mandíbula; el cuello y la nuca; el cuero cabelludo. Masajea los costados del cuerpo, desde la zona de las últimas tres costillas hasta la pelvis (músculos abdominales oblicuos y transversales); la zona lumbar y los riñones; el epigastrio: (el espacio justo debajo la parte inferior del esternón, enmarcado por las últimas costillas y el plexo solar).
Al concluir, atiende el cuerpo de nuevo.

Los ejercicios vocales
Contacto con la voz
A continuación, vienen una serie de ejercicios que nos ayudan a resonar todo el cuerpo, para después extender esta misma resonancia hacia el campo energético y la kinesfera, creando beneficios para la voz, el cuerpo y la mente.
Kinesfera y Campo electro magnética.

Con bastante facilidad podemos utilizar la resonancia de la voz, la atención y la intención para extender la vibración de la voz a todos los tejidos del cuerpo entero.

Máscara, corazón y periné –
Una forma fácil de comenzar es empezar resonando la cara (la máscara + barbilla).
1/ Comenzamos entonando el sonido Huummm o Juummm, resonando primero los labios, para después ir extendiendo la resonancia de la voz hacia la máscara (Los senos de los pómulos, nariz – etmoides, frente y los huesos que rodean los ojos, que corresponden a la superficie cubierta por una máscara en el teatro griego) y la barbilla. Notarás que es fácil trasladar esta resonancia hacia los pómulos, la zona que rodea los ojos y la frente e incluso la barbilla.
Profundiza en esta resonancia y ve extendiéndola hacia cada vez más áreas de la cara.

Una forma de facilitar este proceso y crear un tono de voz más redondo y relajado, es tener la lengua y base de la faringe libres y abiertas.

2/ Ahora, al resonar la cara, atiende también el centro del pecho, el corazón energético, e incluye la resonancia de la voz ahí. Conviene cambiar el sonido a Jaahmmmm o Haammm. Experimenta con diferentes tonos de voz y permite que esta vibración se expande desde este centro hacia toda la caja torácica, mientras mantienes activada la resonancia de la cara.

3/ Cuando hayas incluido la resonancia de la voz en el pecho, haz una pausa y comienza a llevar la atención táctil al suelo pélvico o periné, la zona de la base de la pelvis. Entonces vuelve a cantar, incluyendo ahora la resonancia de la voz en la cara, el pecho, y el periné también. Experimenta con ello, con la actitud de explorar y experimentar. Hazlo de forma relajada y descansada.

Cuando lo hayas logrado y notes que ya están resonando la máscara, el pecho y periné, vuelve a cantar de forma abierta y escucha cómo suena tu voz. ¿Qué notas?

Indicaciones de cómo crear estos sonidos:
Comienza entonando el sonido Juu/Huu o Jaah/Haa con la boca abierta, seguido, después de tres o cuatro segundos, incluye el sonido Mmmm. El Mmmm resuena con más libertad si permitimos que la mandíbula, el espacio de la boca, el fondo de la boca y la faringe estén libres y relajados.

La Voz y la Piel
La piel es el órgano más grande del cuerpo. Un elemento unificador que nos engloba físicamente y que tiene la característica de ser bastante fácil de sentir o atender. En este apartado vamos a utilizar estas cualidades de la piel para ayudarnos situar la resonancia de la voz en ella y facilitar así la resonancia del cuerpo entero.

Sugerencia – Para situar la atención adecuadamente en alguna parte del cuerpo, en este caso la piel, es necesario sentir esa parte y no mirarla desde la cabeza. Se trata de ser esa parte, entrar en la piel por medio de la atención táctil. Esto es Mindfulness bien entendido.

Recorrer el cuerpo con la atención
Nos colocamos de pie con el peso en equilibrio entre las dos piernas y las rodillas ligeramente flexionadas. Comenzamos el ejercicio situando la atención en la planta de los pies, que resulta fácil atender gracias al efecto de la presión causada por el peso del cuerpo.

Una vez que hayamos entrado en contacto con la planta de los pies, vamos subiendo por el cuerpo y, sintiendo cada milímetro de la piel, lo escaneamos mentalmente. Para potenciar el contacto con el cuerpo incluso podemos introducir la respiración en las partes de la piel que recorremos.
Después, atendemos el dorsal de los pies, luego la piel que cubre los tobillos, los gemelos y pantorrillas, las rodillas, los muslos, ingles, etc.
Con la atención incluimos los genitales, el trasero, abdomen bajo, zona lumbar, vientre.

Notarás al hacerlo que se van activando estas áreas del cuerpo, haciéndose más presentes y cada vez más fáciles de atender. Trata de incluir cada rincón. Cuando llegues a la cara, atiende en todo su espesor la piel que la cubre, los labios, la nariz y las fosas nasales, los ojos y los huecos oculares, los dientes, la boca, la lengua, las orejas y el cuero cabelludo.

Cuando lo hayas incluido todo, toma unos segundos para respirar dentro de la piel que has activado. Siéntela, entra en la sensación táctil de la piel.

Incluyendo la resonancia de la voz en la piel
Entonces, durante un minuto o dos, canturrea suavemente, llevando el sonido de la voz hacia toda la piel del cuerpo.
Puedes utilizar el sonido Mmmm o Aaahh o una combinación de los dos: MmmAaahh. Otro sonido que va bien es un sonido Uuuh que incluya el cuerpo y que no sea localizado sólo en la boca. Prueba utilizando un sonido de voz que sea redondo y resonante y a la vez suave; trata de cantar sin esfuerzo.

(Sugerencia – Relaja la zona del ombligo/plexo solar, la zona abdominal y la base de la garganta de modo que la resonancia se sitúe en el pecho y corazón.)

Juega con el sonido que creas. Utiliza la atención y la intención para situar la resonancia de la voz en la piel.

Haz una pausa y siente el efecto que se ha creado. Como forma de integrarlo, respira suavemente hacia toda la superficie del cuerpo.

Luego, vuelve a entonar, resonando la piel con la voz durante de 1 o 2 minutos para extender esta resonancia hacia otras zonas de tu epidermis, con la intención de abarcarla toda. Al terminar, toma un momento para integrar con la atención táctil, el efecto de la resonancia de la voz en las capas de la piel.
Al activar la percepción táctil de la periferia del cuerpo, notarás que resulta más fácil sentir progresivamente cada vez más áreas de la masa corporal. La atención táctil es la herramienta que utilizamos para situar la atención tanto en la respiración, como en el cuerpo. Ahí donde podemos sentir nuestro cuerpo, podemos introducir la resonancia de la voz.

Ahora atiende el cuerpo y canta de nuevo, con el sonido Uuuh que se describe arriba, introduciendo la resonancia de la voz en toda la masa corporal.
Cuando ya hayas podido introducir la resonancia de la voz en el cuerpo, experimenta con tu voz de nuevo, entonando y cantando de forma libre o cantando una canción que te guste. Date cuenta de los cambios que se hayan dado.

(A cada paso de los ejercicios que se nombran aquí, conviene utilizar el método de alternar un espacio de canto con un espacio donde tomamos consciencia del efecto que se haya dado el cuerpo, para después volver a cantar y luego sentir de nuevo. Esta técnica nos ayuda a integrar mejor, e incluso más rápidamente, las prácticas, beneficios y efectos del canto con los que estamos experimentando.)

4/El espacio circundante del cuerpo
Ahora que hemos incluido la resonancia de la voz en el cuerpo, vamos a expandir esta resonancia hacia el espacio alrededor del cuerpo.
Lleva la atención a un espacio de más o menos un palmo de espesor alrededor del cuerpo. Esta primera capa es fácil de atender, dentro de ella recorre el sistema nervioso y nuestro sentido de tacto; es un espacio por donde se extiende la sensibilidad táctil de la piel, un campo en que percibimos la presencia de cualquier objeto que se nos acerque, sobre todo la presencia y el calor de otro cuerpo.

– Toma unos instantes para atender este espacio.
– Después, utiliza el sonido Hummm o Juummm para llevar la resonancia de tu voz ahí. Aunque estamos atendiendo una zona fuera del cuerpo, podemos utilizar la atención táctil y la intención para situarnos en ella. Canta durante de 1 o 2 minutos con la intención de extender los efectos de la resonancia de la voz a todo este espacio.
– Después, haz una pausa y siente este espacio. Atiende los cambios que se hayan producido. Centra la atención en las áreas que ya has podido resonar y que están vivas.

Una técnica que nos ayuda a llevar la resonancia de la voz al campo energético que rodea el cuerpo es utilizar la visualización de un color.
Con tu atención entra en este espacio y observa si percibes algún color, de forma natural, sin un esfuerzo de voluntad para encontrar uno.
Si no has podido percibir un color, elige uno con que trabajar.

Entonces, con la atención y la intención y el sonido y la resonancia de la voz, vas extendiendo el color por todo este espacio como si se tratara de una masilla con que quieres rellenar cada hueco. Canta durante 1 o 2 minutos, ampliando la resonancia de la voz para extender a todo el campo.

Al terminar de cantar, respira hacia este campo y las zonas “masilladas”, sintiéndolo todo y acógelo con tu atención.
Después, prueba cantando o entonando sonidos abiertos para percibir los cambios que se hayan dado en tu voz. Apunta los cambios que notas en tu voz, de este modo se concreta la experiencia.

5/Expandiendo la resonancia de la voz a la Kinesfera
La Kinesfera es el espacio alrededor del cuerpo hasta donde alcanzan nuestros brazos y piernas extendidos, un campo reconocido en el mundo de la danza contemporánea, donde los bailarines lo tienen en cuenta en la creación de sus movimientos. Es nuestro espacio personal y un lugar que compartimos con otros. Vamos a explorar este espacio con el movimiento del cuerpo y la atención táctil de las manos y cuerpo.
(Requisitos: “Room to swing a cat” – (un dicho cariñoso inglés) + equipo de música y una pieza musical que te invita a explorar el espacio. Sugerencias: la banda sonora de “Amelie”, “Solid Air” de John Martin del disco Solid Air, etc.)

Con las manos abiertas y activas, como en el Tai Chi, y con las palmas dirigidas hacia fuera, comenzamos a explorar los límites de la Kinesfera, trazando arcos en todas las direcciones, desde el suelo hasta el espacio por encima de la cabeza. Al tener las palmas de las manos despiertas (ligeramente estiradas) notarás que puedes sentir el espacio alrededor de ti.

Con la pieza de música que hayas elegido, comienza a bailar, explorando todas las posibilidades de movimiento dentro de esta kinesfera, desde el suelo, hacia los lados y hacia arriba. Deja que la música, la atención táctil y tu cuerpo te guíen. Como antes, sé tu cuerpo, el movimiento y el espacio que te rodea, no los mires desde la cabeza.
Cuando se termine la música, déjate sentir un momento y percibe tu cuerpo. Date cuenta de lo que percibes.

6/Activando la Kinesfera con la respiración y sonido de la voz –
“Tides of Breath”
Ahora vamos a unificar el sonido de la voz con la respiración y el movimiento, y hacer que el canto que creamos sea el impulso de nuestro baile.
(Este ejercicio es muy bello cuando se hace en grupo, ya que la música y movimiento que se crean, son entonces el producto del conjunto de todas las voces y todos los movimientos de cada uno del grupo.
Habiendo dicho esto, también funciona bien cuando lo hacemos a solas.
Sirve como un excelente ejercicio de soltura y eutonización corporal y crea una muy buena integración de voz, respiración y cuerpo.)

De igual modo que en el ejercicio anterior, comenzamos a explorar el espacio de la Kinesfera. Esta vez la respiración es la fuente y propulsora de nuestro movimiento y sonido. En la inhalación nos expandimos, abriendo cuerpo y brazos y sintiendo el espacio. En la exhalación el aire que expulsamos, se convierte en fuente de sonido, en voz, en música.

Lo que se busca aquí, más que cantar una canción, es permitir que el canto que nace, surja del movimiento y de la exhalación. Que no sea dirigida por nosotros, sino que el canto se exprese a través de nosotros. Trata de convertirte en tu sonido, suelta las riendas y sé tu voz!

Utiliza todas las direcciones y alturas, desde el suelo hasta arriba de la cabeza en tu baile y recorre el espacio donde te encuentres. Deja que tu voz, tu respiración y tu cuerpo te lleven. Sé uno con ellos. Pon tu intención en llenar todo tu kinesfera con la resonancia de la voz.
(Duración 3 – 5 minutos)

Al terminar de bailar con los Tides of Breath descansa un momento y percibe tu cuerpo y tu estar corporal. Atiende entonces el espacio en que te encuentras. Percíbelo con tus sentidos.
Ahora vamos a crear un sonido con la voz e imaginar que este sonido, en lugar de brotar de nosotros, nace de los límites de la sala, desde las paredes, el techo y suelo, y regresa hacia nosotros.
Experimenta con esta forma de cantar durante de un par de minutos y después observa lo que hayas notado.

7/The Apple-Core Vortex
Para concluir la exploración vamos a acabar con dos ejercicios que enraízan el cuerpo. Estando de pie y con los pies con una separación un poco más amplia que lo habitual, como en el Chi Kung o Tai Chi. Utilizamos las manos y brazos para acompañar la respiración. En la inhalación, con las manos activas, cogemos la energía de la Tierra y la subimos por el eje central del cuerpo, con la intención de hacer que esta energía entre en nosotros y recorre el cuerpo desde el periné hasta la cabeza.

Cuando las manos llegan por encima de la cabeza, hacia el limite de su alcance, comenzamos a exhalar y abrimos los brazos y manos hacia fuera y hacia los lados, mientras entonamos de forma amplia y resonante el sonido “Yo”, alargando la vocal de manera que resuene en nosotros. Luego cambiamos al sonido “YuoAAÍ”, llenando la Kinesfera con la resonancia de la voz.
Al hacer este ejercicio, pon consciencia en tomar la energía de la Tierra y después proyectarla con la voz hacia el Cosmos.

Para terminar, acompañado de siete respiraciones completas, entonamos el sonido MmmAaa siete veces, abriendo los brazos desde el centro del pecho hacia fuera con un gesto de expandir la resonancia de la voz.

(Cuando creé esta serie de ejercicios por primera vez, percibí un cambio claro a nivel corporal. Noté como una parte de mi cuerpo se hizo más completo y sólido.)

Integración y asentamiento
Toma unos momentos para sentirte. Atiende el cuerpo y luego la sensación del espacio que te rodea. A continuación, experimenta con tu voz, entonando sonidos o una canción. Experimenta con los armónicos de tu voz. Escucha el sonido de tu voz ahora: sus cualidades y sus características.

¿Cómo estás ahora? ¿Qué notas? ¿Cuál es tu sensación?
¿Cómo es tu voz? ¿Qué cualidad notas en ella?
Conviene apuntar estas percepciones (o compartirlos con el grupo).

(El tiempo completo para hacer este ejercicio es entre 45mins y 1h)
Obviamente se puede trabajar con parte del ejercicio sin hacer todo.

Post-Integración
Aunque con el ejercicio Apple-core Vortex ya nos hemos enraizado, una buena manera de asentar estos ejercicios y enraizarnos, es caminar por la sala, consciente del tacto de los pies en el suelo y del espacio que nos rodea.

Jacob Helps – www.lacasadelcanto.com

La simbiosis de voz y sistemas corporales

La voz influye sobre todos nuestros sistemas corporales, afectando cuerpo, mente, cerebro y sistemas nerviosos y energéticos. Su sonido hace que el cuerpo vibre de forma palpable y de maneras muy sutiles, afectando la energía, el balance químico y hormonal, y los impulsos eléctricos de los nervios del cuerpo. Estos dos campos, lo palpable y lo sutil existen en total simbiosis. Un cambio en uno, crea un cambio en el otro.

Un diálogo entre voz y cuerpo
Hay simetrías de movimiento entre los músculos que controlan el aparato vocal y los del tronco del cuerpo. Estas simetrías son causadas por las cadenas miovíscerofasciales (músculo-víscera-fascia) y hacen que todos los movimientos del aparato vocal dependan de o estén vinculados con movimientos musculares del tronco del cuerpo y viceversa.

Algunos sencillos conocimientos nos pueden ayudar a manejar la voz con consciencia y mantener un diálogo fluido entre los músculos del cuerpo y el tractus vocal que favorece la apertura vocal y la creación de los armónicos.